viernes, 22 de septiembre de 2017

Septiembre

Triste dama torcida
que habita en mis adentros,
¿cuán clavadas están tus espinas
en el gris ojo del cuervo?

Palpita. Y a cada segundo
una herida más.
Delira mi sueño profundo
engañándome con el mar.

Lenta es la espera
en el cadáver de un río
y yerma la tierra
me pide perdón.

Fría ironía.
Tan fría como la triste dama torcida 
que habita mi corazón.

jueves, 21 de septiembre de 2017

Las nubes no volvieron


Quise perderme por los ríos
y ser agua
en uno solo.

Batirme en combate
contra las nubes grises,
contra los mares
que lloran tristes
por la derrota
de los pájaros.

Quise destruir el viento,
y azul como las rosas,
romper con sus colores
por no poder lloverlos.

Y amé.
Amé sin comprender a qué.
Y sin comprender a quién
lloraban mis estrellas
en las nubes de agosto,
volvió el invierno.

Y marché con él.

El reflejo del viento


El reflejo solitario
del viento sin ti.
El tiempo vil.
El fuego mercenario.
Las llamas se retuercen
en el agua de tus ojos.
El sueño no cede
a quedarse con nosotros.
El calor y la frescura de un cuerpo.
El calor y la frescura de un cuerpo
es quienes somos.

miércoles, 20 de septiembre de 2017

El respiro


Se detuvo la sangre en mis manos,
con la arena y las olas,
con el sol y las hojas
se perdió mi cuerpo en tus brazos.

Un adiós.
Despedidas y lágrimas de sal.
El fervor,
el fuego y el miedo a volar.

El temor
a comenzar a respirar
durante quince días,
sobre los andenes,
bajo las estrellas.

El pavor de la vida
en la grandeza del mar.
La gravedad de mi mirada
al alcanzar la soledad
y separarse del humo.

Traquetean mis dientes.
Esclarecen las nubes de mis ojos.
Me recorre un viento frío
que calienta el corazón. 

Patria muerta y querida,
necesito caminar.

El temor de las sombras


Cuando pienso en
aquella sombra
que se movía
en la clandestinidad
de un susurro,
recuerdo al viento mudo
temiendo ser descubierto
y convertirse en huracán
que se clava en el pecho
como una espada furibunda. 

Las sombras temen lo mismo, 
prenderse en luz y despertar.

martes, 19 de septiembre de 2017

Lágrimas sordas


Turbados violines
duermen tristes
cuando caen sus notas
por tus mejillas.

En la belleza
de lo amargo
rompió
tu gesto ardiente.

Nívea danza
camina en tu mente.
Glacial templanza
en tu dolor ausente.

Escondida en tu mirada
yacen mil versos de lluvia.
Yace el silencio tormentoso
en los ojos que diluvian.

Septiembre

Triste dama torcida que habita en mis adentros, ¿cuán clavadas están tus espinas en el gris ojo del cuervo? Palpita. Y a cada seg...